martes, 9 de octubre de 2007

¿POR QUÉ CHILANGO-MADRILEÑO?

Quizá a muchos mexicanos, con el arraigo y nacionalismo que nos caracteriza frente a otros latinoamericanos, les resulte curioso, raro, petulante o mamón (digámoslo con todas sus letras) el que me defina como chilango-madrileño, en lugar de un-chilango-en-Madrid.

Pues bien, a ell@s y l@s demás les daré una pequeña explicación del caso.

Por principio de cuentas, reitero que me sigo considerando chilango (de Ciudad de México, para los no iniciados) pues es el sitio en el que nací, en el que he crecido y he pasado la primera parte de mi vida. Chilangolandia me formó (o me deformó), en ella (pues sin lugar a dudas nuestra ciudad es femenina) he vivido mucho de lo mejor y lo peor de mi vida, depresión incluida. En ella me enamoré por primera vez y me partieron ...el corazón la primera y muchas veces más. Y eso es parte de mi, es la historia de mi vida, y por lo tanto México lo es.

En cuanto a Madrid, pues bien, es una ciudad en la que me sentí en casa desde la primera vez que la pisé (siendo un niño) y aún hoy, me resulta impresionante que, a más de 8,000 kms de distancia de mi ciudad natal, me sienta en casa y a mis anchas en esta parte del mundo.

Y además, es la ciudad en la que he vuelto a nacer, en la que he aprendido mucho de mí y la vida, en donde he valorado a mi ciudad natal y a su gente, en donde también me he enamorado y me han partido el corazón (esto es indispensable para que un sitio sea significativo). Y algo más importante, es en donde he encontrado a la persona con la que quiero compartir el resto de mi vida, crecer y echar raíces (como dicen los gringos "to settle"): Carlos. Y eso es el punto más importante para considerarme madrileño. Porque además de quererlo, disfrutarlo y padecerlo, Madrid me ha dado una de las razones más importantes para vivir.